El sábado pasado, continuando nuestra cruzada gastronómica por Madrí y bajo la excusa de ingerir algo antes de introducirnos en una sala de cine, cenamos en Cáscaras. Eran muchos los años que yo había pasado por delante, y unos poquísimos los cafés que ahí dentro había tomado. Nunca, por otra parte, mi visita se había materializado en algo más corpóreo que dos cafés.
El sábado fue el día. Accedimos al famoso sitio de los huevos, famoso por las tortillas que hace con ellos. Pedimos, siendo dos y pa compartir, unas empanadas de verduras con morcilla, una berenjena con cous-cous, calabaza y queso gratinado, y una tortilla de patata, pimiento y bacalao. Una cerveza y una botella de agua. Más una mousse de turrón (riquísima, a la sazón). Total: 31 euros y algo.
Veredicto (XVI):
Sabor: bien. Las empanadillas y la berenjena, muy ricas. La tortilla, un tanto decepcionante: no tiene nada de especial, la verdá. Igual le salía más a cuenta convertirse en un vegetariano.
Cantidades: regular. Las empanadillas eran dos, la morcilla de las mismas, pelín simbólica. La tortilla apareció en un plato de postre. La berenjena era media berenjena.
Precio: pelín alto. La tortilla eran más de 9 euros. Y lo demás, comparativamente, también tiene precio alto, aunque el gusto es bueno, insisto.
Ambientillo: agradable. Tonos cálidos, estanterías repletas de libros que hacen las delicias de cualquier decimonónico como yo.
¿Volveré? Sí. A probar el pollo asado a la miel, los buñuelos de bacalao y algún que otro nombre que captó nuestro interés.
Nivel de recomendación: 4
Relación calidad-precio: regular
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