Harta de no nos queda, de ese precio del catálogo está mal, de dependientes con contrato temporal a los que lógicamente todo se la suda, de engaños, tretas y triquiñuelas, de sotas de bastos que no saben quién es el cliente, de justamente la oferta terminaba hoy, de ponga una queja en Consumo de donde nunca le llamará nadie, harta de todo eso y del precio de la gasolina y los inconvenientes de la cárcel, sólo vi una opción factible: cagarme en todo lo que se mueve a través de este su blog amigo.
Y tirar algún que otro piropo también, si se merece. Faltaría.

jueves, 15 de abril de 2010

Curiosidad: Baklust

Blaklust es uno de esos locales de última generación donde todo lo que se ingiere es ecológico. Lo descubrí por casualidad durante mi última visita a La Haya, mientras buscábamos un sitio donde refugiarnos de la lluvia.


La estética tuiene algo de kitsch, algo de naïve y algo de años 50, y resulta agradable. La cocina tiene uno de sus lados "abierto" al comedor, de tal forma que los clientes pueden ver prácticamente todo lo que en ella se cuece (literalmente). Tienen tartas muy sabrosas y, como curiosidad, tienen leche de soja para elegir en lugar de leche normal -lo cual viene muy bien para intolerantes a la lactosa, que no es cuestión baladí eso de no poder tomarse uno un café con leche sopena de irse por la pata abajo-.

Sobre precios, pues pueden imaginarse: los correspondientes a un sitio cool y novedoso. O sea: pelín altos. Pero bien como experiencia.


Nivel de recomendación: 3
Relación calidad-precio: bien tirando a caro.

miércoles, 14 de abril de 2010

Het Zwaantje o Cómo ingerir por fin cocina holandesa

Amigos amantes de la zampa:

Cualesquiera de ustedes que haya estado en Holanda mayor o menor tiempo sabrá de la dificultad de encontrar un restaurante de cocina holandesa, si es que tal cosa existiere así como concepto (que sí: existe). Yo al menos en los casi dos años que estuve viviendo allí, no conseguí encontrar más que un restaurante en La Haya que pudiera calificarse como tal y, además, estuviera bien. Donde se disfrutare comiendo, en resumen. Y encima, la última vez que he estado (hace uans semanas), resultó que lo habían cerrado. Se ve que fue irme yo y dejar huérfano al país de el último de sus paladares exquisitos.

Pero en fin: las gallinas que entran por las que salen, ya que en esta ocasión tuvimos la oportunidad de ingerir, guiados por una amiga, en Het Zwaantje, un restaurante muy cucamente decorado (a la holandesa tradicional, con sus alfombras en las mesas y todo) sito en una de las "Nueve Callecitas" (De Negen Straatjes) del centro de Amsterdam.

La comida, para los estándares holandeses y comparativamente a los estándares españoles, no estuvo mal. A ver: seguía teniendo las tristes verduras cocidas como acompañamiento y estas cosas tradicionales, pero los guisos en sí estaban, insisto, bastante buenos para lo que viene siendo habitual allí. Sobre todo, los entrantes (los principales tampoco merecían tiros al aire, auqnue eran pasables). Yo me zampé unos mejillones muy agradables al paladar, amén de unos caracoles al ajo im-pre-sio-nan-tes, aquí sí me quito el sombrero. La sopa de cebolla también estaba sabrosona, y la de pescado, tenía una pinta estupenda.

Eso sí: son tan, tan tradicionales... que sólo abren para cenas*: de 16:30 a 23:00. Aunque, al buen españolito de a pie, eso de las 16:30 perfectamente podría parecerle más bien una comida.


Nivel de recomendación: 4, considerando los estándares holandeses
Relación calidad-precio: buena, cosniderando los estándares holñandeses


*cualquiera que haya vivido la experiencia holandesa real sabrá que en ese país no se come: sólo se cena. A mediodía, lo único accesible son broojdes (lo que aquí comúnmente viene a denominarse "sandwich de los cojones todos los días comiendo lo mismo joder qué pesadez")